miércoles, 11 de abril de 2007

ARMAS COMUNES

Adriana Bertorelli




Es que hoy los cuerpos sobran, y es el olor a formol y naftalina con orines de gatos, es fin de semana largo y quincena para ñapa y uno aquí pasando coleto en vez de irse a bailar merengue con Wilfrido al club dominicano. Mire a ese pobre hombre comadre, y no es que no le agradezca que me haya venido a ayudar pero mírelo pobrecito como lo dejó la mujer que lo mató de un yucazo en la base del cráneo. Una guajira celosa, me dijo el enfermero, porque el tipo se le perdió por 4 días con los reales de la semana. O mire usted a aquel otro y no se le olvide pasar bien el coleto por debajo de las camillas que es donde más se acumula la mugre y los malos olores, a ese lo mató un vigilante porque este desgraciado quería robar la charcutería donde el otro trabaja y le cayó a chuzazos. Y sin que se le aguara el ojo el vigilante agarró un queso de año de 5 kilos y le dio de carajazos con el queso hasta que le rompió la cabeza, si señor, quién lo manda a malandro, comadre que ya deben ir por el segundo set en el club dominicano y Wilfrido esperándome y nosotras varadas acá con estos muertos. Fuera visto el mes pasado que llegó una pobre vieja esnucada porque se resbaló con el jabón en la ducha, virgen santísima. O a una muchacha que se tragó una espina de pescado y se le perforó la tráquea. Es que ya la muerte no respeta ni queso, ni yuca, ni jabón, ni pescado, ni una albóndiga que uno se trague mal tragada y se le atore en el pescuezo y esas neveras llenitas de muerte comadre, de cadáveres que ni gente parecen de tan grises y que ya ni a gente huelen, válgame Dios. Y a veces pongo mi merenguito para que no estén tan grises ni tan solos, pero el otro día me amonestaron y yo sin este trabajo no puedo mantener a Wilfrido, que ya debe estar furioso en el club comadre, porque dice que muerto no entiende de limpieza y tiene razón.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé si lo que más me gusta tu cuento es la foto, la comisidad o la sangre que pasó por mi mente al leer esas líneas tan perfectamente incoherentes y tirada de los pelos.
Pero a todas estas pienso en el pobre Wilfrido que seguro terminó bailando con una sindi, el pobre quedó abandonado por la sangre y la mugre de los muertes que su mujer tenía que limpiar. Trágico final para el pobre Wilfrido, seguro dentro de unos días lo verás en la armería para vengarse de todos esos muertos que truncaron su rumba en el clun dominicano ! ! !

Anónimo dijo...

Extraño si!, pero bueno..