miércoles, 11 de abril de 2007

FUEGO CRUZADO CON FEDOSY SANTAELLA

Entrevista por María Celina Núñez





1) Tu libro es un combinación de géneros: el cómic, el realismo, la ciencia ficción, la poesía, y una propuesta lúdica con el latín, ¿por qué esta elección?

Así como dicen que eres lo que comes, el escritor es lo que lee y ve. Yo me quedo pegado leyendo los cómics de Moebius y Jodorowsky, con los cuentos de estafadores de O’Henry, con las historias crueles de Saki, con el candoroso padre Brown de Chesterton, y viendo una película como Constantine (que está basada en un cómic). Quizás la ciencia ficción de la que hablas también me venga de lo visual, pues no soy un gran lector de este género literario, pero sí me gusta mucho en cine y en cómic. Desde hace algún tiempo la literatura dejó de ser un reducto de referencias pesadas y eruditas; ahora Batman, una feria de circo, una momia de dibujos animados, Gorila Maguila y un divertimiento con frases del latín tienen cabida, junto a la poesía, Borges y la mitología maya. Tal elección no es del todo conciente; lo que está en Postales sub sole es producto de lo que me ha divertido durante años. Si hubo alguna elección fue y siempre ha sido la de divertirme escribiendo y jugando con toda esa artillería que tengo a mano.


2) Desde el punto de vista estético, el libro es heterogéneo, ¿cuál es tu posición estética como narrador?

Yo me preocupo por contar, por divertirme contando y porque el lector que yo espero que lea mis libros también la pase bien. En Postales sub sole hay gusto por el juego, por el cambio de voces, por los retos. En ese sentido, siempre he pensando que Postales es en cierta medida un libro de humor, de un humor a veces muy sutil, muy delicado. Debo aclarar que, en cuanto al juego, no busqué la experimentación que oscurece, sino la diversión que ilumina. Al lector hay que contarle, hay que sorprenderlo, hay que divertirlo, mantenerlo en la barricada, disparándole todo el tiempo sin darle reposo. Si de un texto al otro debes cambiar para lograr eso, pues entonces hay que hacerlo, y el libro ha de ser heterogéneo sólo en ese aspecto. Su verdadera unidad es subterránea, guerrillera, y su voz de cañón, una sola.

No creo además que, en la búsqueda de una sensación homogénea para un libro de cuentos, se deba sacrificar el estilo y la voz que una historia te está pidiendo a gritos.


3) Hay una intertextualidad con Tolkien, ¿qué opinas de este tipo de literatura?

La literatura infantil, fantástica, detectivesca o policial, de aventuras, de humor y de terror, es lo mejor que jamás se haya escrito, y recomiendo a todos los adultos del mundo que le digan a sus hijos que le cuenten un cuento divertido antes de acostarse a dormir.

4) Al mismo tiempo haces una crítica social en “Postales de Burundanga”, ¿cómo insertas esto en tu propuesta?

“Postales de Burundanga” está conformado de pequeñas historias más o menos divertidas o insólitas que algunos conocidos me contaron. El cuento es eso, un conjunto de postales que retratan nuestro país y a muchos otros países en iguales condiciones. Por otro lado, si te fijas bien, el cuento donde el protagonista es Tolkien, también es una crítica social, política, o como quieras verla. “El anillo” es un cuento sobre cómo el hombre corrompe el poder, cómo su imperfección, sus complejos, convierten al poder en algo vil y sucio, y cómo ese poder deformado, deforma a su vez a los hombres. ¿No es este cuento un reflejo de nuestra sociedad? ¿Acaso el tema más resaltante de estos años no ha sido la lucha de poderes?

Fíjate, el escritor de hace cien años hablaba de la sociedad de hace cien años, el escritor de hoy, habla de la sociedad de hoy. Cuando Ramos Sucre escribió “El mandarín” no estaba contando una sociedad china de hace mil años, sino de la sociedad en la que él vivía, y no sólo eso, sino todas las sociedades, de todas las épocas. Creo que hemos olvidado un poco eso en nuestra literatura, saturados quizás de tanto realismo urbano. Cuando escribimos nuestros cuentos, nadie nos pone una pistola en la cabeza, nadie nos paga un sueldo por ello, ni tampoco nadie nos asegura que nos vamos a ganar un premio por escribir como está de moda; así que uno está en la libertad y en su total derecho de escribir lo que le gusta. Si quieres escribir un cuento que sea realista y urbano, está bien; pero si tú propuesta se aleja de esto, y buscas otros caminos para contar y entretener al lector, lo tuyo es tan válido como lo otro.

5) ¿Cómo fue el proceso de escritura del libro? Da la impresión de que los textos pertenecen a períodos diferentes.

Escribir es un proceso complejo. Hay ciertos temas que te obsesionan, y ciertos juegos literarios que van y vienen. En alguna época estás con ellos, luego te alejas, después vuelves. Ese es por lo menos mi caso. No sé quedarme en un sitio, creo que no es bueno; estancarte es darle ventajas al enemigo, quiero decir, a la comodidad, al facilismo. Postales sub sole se enmarca dentro de varias épocas donde volví a ciertos juegos, a ciertas maneras de contar. El tiempo me permitió darme cuenta de que tenía un cuerpo de textos hermanos que formaban un libro. Luego, ya recopilados, seguí trabajando en cuentos nuevos y sobre los que ya estaban escritos. ¿Cuál es esa unidad? Pues el humor, el juego con el lenguaje y con los géneros, la brevedad en muchos casos, y la temática del poder que recorre el libro como un gran fantasma.


6) ¿Qué significa haber ganado con este libro la Bienal Pocaterra?

Significa que puedes imponer una voz diferente, tú voz, que es tan válida como cualquier otra. Significa que la literatura no conoce límites, y que siempre buscará zafarse del momento que le imponen.

7) ¿Cuáles son tus autores de cabecera?

Puedo decirte que muestro con orgullo mis libros de Stephen King, de Otrova Gomas, de Armando Sequera, de Boris Vian, de Arthur Conan Doyle, de Hammett, de Carver, de Ponson du Terrail, de Álvaro Mutis, de Roald Dahl, de Saki y de O’Henry, y mis cómics de Moebius y Jorodowsky, de Frank Miller y de Hugo Pratt. Y siempre que puedo, vuelvo al cuaderno donde copié íntegra la biografía de Rocanegras. También disfruto muchísimo leyendo a mis contemporáneos. A Enrique Enríquez, a Roberto Echeto, a Adriana Bertorelli, a Mireya Tábuas, a Sergio Márquez, a Joaquín Ortega y a José Urriola, entre otros, en los hermanos Chang.

8) Finalmente, ¿cómo qué tipo de escritor quieres ser percibido?

No sé cuántos tipos de escritores existen, pero si pensamos en una foto a manera de postal para el recuerdo, no me gustaría salir con cara de tipo amargado o muy inteligente. El mundo ya tiene suficiente gente amargada e inteligente.


www.fedosysantaella.blogspot.com

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo te he visto, a veces sonriente, a veces no, pero no me has parecido un amargado. Me gustó la entrevista y siempre disfruto de tus relatos.

Anónimo dijo...

Que buena entrevista, toda una catedra para mi.
Saludos

Anónimo dijo...

me quedé picada por no haberme leído la entrevista completa cuando me preguntaste. la leí. para mí es una prueba más de la voz que eres. de la voz que conozco.

SERGIO MÁRQUEZ dijo...

¡¡¡Moebius y Jodorowsky forever broder!!! ¡Leamos, dibujemos y escribamos para ser como ellos!

Anónimo dijo...

Ya sabía yo que entre "El mandarín" y los Chang Bros, había un correlato objetivo.
Ah, y está bueno eso de la amargura y la inteligencia, acá en Baires es dueto sin iguial.
un abrazo
gv

Juan Carlos Chirinos dijo...

tripa la entrevista, bróder, y una belleza lo de la foto. Qué bien las preguntas de María Celina que dejan fluir al entrevistado. qué socialismo o muerte ni qué ocho cuartos: Hermanos Chang, ¡no fuña!